Rossy de Palma |
Rossy de Palma, cuyo nombre real es Elena Rosa García Echave (Palma de Mallorca, 1964), es la mediana de tres hermanos. Se cría en el barrio de Pedro Garaun y deja el instituto sin acabar BUP. A principios de los años ochenta forma parte del grupo musical Peor Impossible, donde hace sus pinitos en el cante y el baile. Realizan pequeñas giras y se ganan la vida como pueden, como cualquier otro grupo surgido durante la época de la movida madrileña. Trabaja al mismo tiempo como camarera en el King Creole, un bar rockabilly de la época situado en la esquina de San Vicente Ferrer con la Corredera de San Pablo, donde conoce a Pedro Almodóvar.
«Pedro Almodóvar venía ya a los conciertos de Peor Impossible y todos le daban la brasa. Yo trataba de seducirle a distancia y, efectivamente, tuvo más gancho así», confiesa la actriz. Almodóvar se interesa por los modelos y accesorios que viste la camarera, diseñados por ella misma, y toma prestados algunos de ellos para su nueva película. Termina por ficharla para La ley del deseo (1987). «No la toquéis», indica el director a su equipo de estilistas, «dejad que se maquille, se peine y se vista como ella quiera». En la película, Rossy de Palma interpreta a una presentadora de televisión que entrevista al célebre director de cine Pablo Quintero (Eusebio Poncela). En los créditos aparece como Rossy Von Donna, nombre que se le ocurre al propio Almodóvar. «En aquella época yo estaba muy delgadita, por lo que no era peligroso el fondonismo, pero no me gustaba el nombre. Más tarde hice unas fotos maravillosas con Alberto García Alix para el diseñador manchego Manuel Piña, quien me regaló una foto en la que escribió para Rosa, Rosa de Palma. Me pareció muy bonito y en la siguiente película le pedí a Pedro que cambiara mi nombre», recuerda la actriz.
Desde entonces realiza varios trabajos con el director manchego. En la comedia Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) interviene con un papel de mayor peso. Ella es Marisa, la novia de Carlos (Antonio Banderas) que se convierte en la primera víctima del gazpacho tóxico. Rossy de Palma se lleva un disgusto cuando se entera de que va a pasarse media película inconsciente. «Mi relación con el gazpacho era desesperante, porque me quedo dormida mientras ocurre la acción y no hago nada en cuarenta minutos. Yo me puse muy pesada y le dije a Pedro que dormir no es ser actriz ni es nada, y debí de ponerme tan plasta que añadió el orgasmo que tengo durante mi sueño. Me dijo que las vírgenes son muy antipáticas, así que cuando despierto me he vuelto más amable, más mujer», explica la actriz .
Cuando la película es nominada al Oscar, el equipo viaja a Los Ángeles como una troupe de comediantes. «Me hice mi propio vestido, de encaje negro. Luego un chico que trabajaba con silicona plateada me puso flores en el pelo con una trenza muy larga. Estuvimos muy decepcionados porque nos pusieron en el gallinero. Pensábamos que nos íbamos a mezclar con todo el mundo, pero estaba todo muy encorsetado», recuerda Rossy de Palma.
A comienzos de los noventa se traslada a Italia donde participa en producciones como Nel giardino delle rose (1990), Alcune signore per bene (1990), Rose rosse per una squillo (1993) o Peggio di così si muore (1995).
Repite con Pedro Almodóvar en ¡Átame! (1990). En la película, Rossy de Palma interpreta a la camello a la que acude Ricki (Antonio Banderas) en busca de caballo para Marina (Victoria Abril).
Su peculiar fisonomía, que le vale el apelativo de «picassiana» o «cubista» en palabras de Almodóvar, le ayuda a alcanzar un éxito insospechado a nivel internacional, llegando a trabajar con el mítico Robert Altman en Pret a Porter (1994). Cuando el director estadounidense la conoce, le agarra la mano y le dice «Rossy, me voy a inventar un personaje en mi película solo para que lo hagas tú».
Ella suele bromear con que su nariz se empezó a independizar de su cara en el colegio. Cuando se pone seria, especula con que la asimetría «de señorita de Avignon» de su rostro se debe a alguna parálisis facial que debió de sufrir en el útero materno. «La gente se reía de mi nariz y yo siempre he dicho que para mí ha sido un escudo maravilloso. Mientras la gente se quedaba en la nariz, yo empezaba a analizar por qué te juzgan por un rasgo que no has elegido. La raza, la constitución... Me dio una complejidad psicológica muy interesante», recuerda .
Durante los años noventa se forja como chica Almodóvar con títulos como Kika (1993), donde interpreta a Juana, la asistenta de Kika (Verónica Forqué) a quien le gustaría ser directora de prisiones «rodeada de tías todo el santo día». Es nominada al premio Goya a mejor actriz de reparto.
Rossy de Palma vuelve a trabajar con Pedro Almodóvar en La Flor De Mi Secreto (1995). Se trata de un papel inspirado en la propia familia del director. En el film interpreta a Rosa, la hermana de Leo Macías (Marisa Paredes) que vive con su madre (Chus Lampreave). También es nominada al premio Goya a la mejor actriz de reparto.
Poco después, protagoniza películas para directores franceses como Karim Dridi y comienza a dejarse ver por la pequeña pantalla, realizando algunos spots o pequeños papeles en series televisivas. Rossy también trabaja en títulos como Don Juan, mi querido fantasma (1990) o Los gusanos no llevan bufanda (1992) y tiene la oportunidad de colaborar en películas con directores igualmente reconocidos, como Álex de la Iglesia en Acción Mutante (1993).
Durante años convive con la actriz Victoria Abril y tiene la oportunidad de trabajar con ella e introducirse en el cine francés con películas como La Mujer del Cosmonauta (1997). A finales de los años noventa, su carrera se vuelca casi totalmente en Francia, donde desempeña papeles en películas como El Embolao (2002), Double zéro (2004) o People (2004).
Vuelve a España para rodar una pequeña colaboración en el filme Veinte centímetros (2005) y en Los Abrazos Rotos (2009), de nuevo con Pedro Almodóvar. En esta película Rossy de Palma interpreta a uno de los personajes femeninos de Chicas y Maletas, la película que rueda el director de cine Mateo Blanco (Lluis Homar) inspirada en Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988).
A continuación, retoma su carrera en España interviniendo en películas como Tres Bodas de Más (2012), Sólo Química (2014) o Anacleto: Agente Secreto (2015) y en series como La que se avecina (2014) o Anclados (2015).
En Julieta (2016) Rossy de Palma es Marian, la antipática y arisca gobernanta de la casa de Xoan (Daniel Grao) y Julieta (Adriana Ugarte) en Galicia. «Yo la veo como el ama de llaves de Rebeca, de Hitchcok», dice Rossy de Palma sobre su papel.
Entre sus últimos estrenos están las películas Señor, dame paciencia (2017), Toc Toc (2017), El Intercambio (2018), El hombre que mató a Don Quijote (2018) de Terry Gillian o A pesar de todo (2019).
En Madres paralelas (2021). En esta película interpreta a Elena, «una mujer muy resuelta, buena amiga de sus amigas, de esas personas que poseen autoridad natural (o atrevimiento) y muy echada para delante», explica Pedro Almodóvar. Su intervención es «breve pero sabrosa», en palabras del director . Con esta colaboración, Rossy de Palma se convierte en la actriz que más años lleva trabajando con Pedro Almodóvar (sólo superada por Antonio Banderas) y la única que ha aparecido en todas las etapas de la filmografía del cineasta.
Rossy de Palma compagina su trabajo en el cine con otras aficiones como cantar o posar como modelo para fotógrafos imprescindibles como Herb Ritts y diseñadores tan respetados como Jean-Paul Gaultier, Thierry Mugler o Sybilla. También realiza colaboraciones con Louis Vuitton, Gap, Louboutin y la marca de maquillaje M.A.C y desfila en pasarela en varias ocasiones incluyendo la París Fashion Week. En los últimos años ha desfilado para David Delfín o Palomo Spain entre otros.
También tiene experiencia sobre las tablas. Durante su estancia en París, Rossy se embarca en proyectos más privados relacionados con la música y el teatro con espectáculos como (des)Variaciones Goldberg (2010), o Mater & Bellum (2012), la adaptación del monólogo Sombra y cuna, que Rossy de Palma escribe en 2005 para el ciclo Confidencias del Teatro María Guerrero de Madrid. Crea su propio espectáculo titulado Resilienza d’Amore (2015) para el teatro Piccolo de Milan. Más recientemente protagoniza la opereta El cantor de México (2017).
En el mundo de la música, además de su paso por Peor Impossible, participa en el video musical Too Funky (1992) de George Michael. Más recientemente participa en el premiado álbum El mal querer (2018) de Rosalía. Interviene en el sexto tema del disco titulado Preso en el que de Palma recita unos versos inspirados en la tormentosa relación que mantuvo con el padre de sus hijos. Cuenta que Rosalía le pidió que le mandase un audio de WhastApp contándole un episodio de amor traumático y ella improvisó ese texto.
Rossy de Palma ha colaborado en el festival de San Sebastián en múltiples ocasiones y ha sido miembro del jurado del festival de Cannes en 2015. En 2019 recibe la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
es distinta, es unica
ResponderEliminares hermosa
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