viernes, 27 de marzo de 2015

Noticias - Todo listo para el rodaje de Silencio

Silencio, la vigésima película de Pedro Almodóvar, que supondrá su vuelta al drama y al universo femenino, ya tiene reparto, localizaciones y fechas de rodaje, tal y como anunció el pasado jueves El Deseo, productora del cineasta.
El director Pedro Almodóvar en uno de sus rodajes

Sus protagonistas serán Emma Suárez y Adriana Ugarte, dos actrices que jamás han trabajado bajo las órdenes del cineasta, quienes darán vida al mismo personaje, Julieta, a lo largo de tres décadas, del año 1985 al 2015. «No me gustan nada los trabajos excesivos de maquillaje para envejecer o rejuvenecer actores, prefiero dos intérpretes diferentes y jugar con la imaginación del espectador», afirma el director sobre este desdoblamiento interpretativo.
A lo largo de tres décadas, el espectador conocerá el presente y el pasado de una mujer marcada por el dolor, el abandono y una serie de viajes trascendentales en su biografía, «porque en cada viaje abandona a alguien importante de su vida o algo importante de su vida. Y entre todos, un abandono esencial: el de su hija adolescente, a la que deja atrás inexplicablemente, sin una razón conocida. De repente, alguien que para ti lo es todo, se desentiende de ti sin más. «Resulta casual que la mejor época de Julieta corresponda a los años ochenta, y que en la actualidad su vida sea una catástrofe sin solución», dice la nota de la productora. «Sólo un milagro la salvará. Y los milagros a veces ocurren…», advierte enigmático el texto sobre una película que gira alrededor del destino, del complejo de culpa y de un misterio insondable: el abandono de un ser querido.
Pedro Almodóvar con Emma Suárez y Adriana Ugarte en unas pruebas previas al rodaje de Silencio

El personaje de Julieta, que lucha por sobrevivir al borde de la locura, está rodeado de un coro de secundarias esenciales en la historia y que aparecen descritas casi como en una función teatral. Inma Cuesta, «la amiga fiel e infiel»; Rossy de Palma, «la sirvienta arisca y competitiva»; Nathalie Poza, que representa «la intransigencia y la superioridad moral»; Pilar Castro, «una compañera de viaje liberal estilo gauche caviar»; Michelle Jenner, «la amiga de la infancia y editora de complementos de una revista de moda»; Darío Grandinetti, «el amante»; Susi Sánchez, «etérea, la madre y abuela ausente y omnipresente»; Daniel Grao es «el hombre, un pescador gallego» y Joaquín Notario, «el padre». Y un último personaje, esencial en la trama, el de la hija de Julieta y el pescador, será interpretado por la joven Blanca Parés. «Algunas son caras muy conocidas de la televisión, pero yo casi no veo la tele, así que sólo puedo decir que me han ganado en las pruebas de casting», dice Pedro Almodóvar. «Con otras, como Nathalie Poza, llevaba mucho tiempo con ganas de trabajar y después de ver su trabajo en la obra de teatro Berlín no pude retrasar más tiempo esa cita».
«Tener el reparto ya cerrado supone un paso de gigante», explica Agustín Almodóvar. «Con Emma hablamos en el Festival de San Sebastián, hace ya meses. Pero ahora ya lo tenemos todo. ¡35 personajes con frase!», exclama sonriente el productor y hermano.
Pero la novedad de Silencio no afecta sólo a los rostros de los intérpretes, sino que se extiende al paisaje. Más allá de algunas escenas por las calles de Madrid, el director cambiará radicalmente su habitual orografía: Galicia, la sierra de Huelva y los Pirineos aragoneses le robarán esta vez el plano al horizonte castellano. La vieja meseta abre paso a montañas y acantilados. «Serán paisajes como metáfora y personaje; aquí las distancias son muy importantes», añade el director. Trayectos físicos y emocionales entre el sur y el norte de España.
En cuanto a las tonalidades de la cinta, Almodóvar habla de una paleta de colores verde, gris, humo y terracota. «Aunque sé que Sonia Grande, directora de vestuario, y Antxon Gómez, director de arte, siempre meten en la maleta algo rojo. A estas alturas me conocen y se guardan alguna opción acorde con mi pasado. Al fin y al cabo, y como suelo decir, por muy sobrio que me ponga la cabra siempre tira al monte».
«Esta es una historia que tenía en el cajón desde 2011. La dejé entonces y ahora ha vuelto para florecer. Quizá no es el mejor momento para rodar una película que requiere tantos desplazamientos; quizá era el momento para una película de estudio, pero esta es la que ha llamado con más fuerza». El cineasta se refiere así al largo parón que ha supuesto para él una compleja operación de espalda y una larga rehabilitación que aún no ha terminado. Asegura que en plena crisis física se planteó dejar el cine. «Se me pasó por la cabeza eso que ahora está tan de moda, reinventarse. Pensé en dedicarme solo a escribir, intenté imaginarme en la piel de un cronista de experiencias vitales, en plan periodista de viajes, o como un novelista. Físicamente, no me veía capaz de rodar. La operación me provocó mucha más inseguridad de la que ya de por sí tengo. Pero, para bien o para mal, me di cuenta de que otra cosa no es lo mío. Quiero seguir rodando; me alivia y a la vez me condena; me guste o no las cosas son así».
Silencio se rodará a partir del próximo 6 mayo y a lo largo de doce semanas. Será un drama «sombrío, íntimo, de universo femenino, pero en absoluto en el estilo manchego, menos barroco, con menos opciones para el humor».