miércoles, 27 de marzo de 2019

Localizaciones - Paterna

En Dolor y Gloria (2019), el director de cine Salvador Mallo (Antonio Banderas) recuerda su infancia y rememora cuando emigró con sus padres (Penélope Cruz y Raúl Arévalo) a Paterna, un pueblo de Valencia, en busca de prosperidad.

Jacinta (Penélope Cruz) en Paterna en Dolor y Gloria (2019)

Paterna es un municipio de la Comunidad Valenciana, situado en la comarca de la Huerta de Valencia, a 5 km al noroeste de Valencia, y en la ribera izquierda del río Turia. En el casco urbano de Paterna se conservan varios conjuntos de casas-cueva, en donde llegó a residir a principios del siglo XX el 40% de la población de Paterna y de las que llegó a haber más de 500. Las viviendas excavadas a modo de cueva son de origen morisco, si bien en Paterna no se constatan en gran número hasta el siglo XIX. Se pueden diferenciar dos tipologías: las excavadas directamente en un desnivel del terreno (coves de façana) y las que excavan un patio común que sirve de fachada a un grupo de dos a cuatro viviendas (coves enclotades). A partir de la década de 1950 se fueron abandonando progresivamente. El ayuntamiento de Paterna ha promovido en las últimas décadas la conservación de las cuevas restantes, tras la consolidación de los espacios culturales, con proyectos como la «ciudad de los oficios perdidos» o la «cueva de los alfareros» que ceden espacios de las cuevas a artesanos locales.

Torre y cuevas de Paterna en la actualidad

La Torre de Paterna es una antigua torre de defensa de origen islámico, que perteneció a los sucesivos señores de la villa hasta que se donó al ejército español en 1869. Su construcción data de finales del siglo XI y principios del XII. Está declarada bien de interés cultural junto con las casas-cueva que surgieron posteriormente en sus alrededores y que conforman ahora el «parque urbano de la Torre y el Palau».



martes, 26 de marzo de 2019

Chicas Almodóvar - Julieta Serrano

Julieta Serrano

Julieta Serrano (Barcelona, 1933) se crió en el seno de una familia de actores entre Barcelona, Valencia y finalmente Madrid, donde entró a formar parte de la Compañía teatral de José Tamayo Rivas. A lo largo de su carrera la actriz ha compaginado cine con teatro y televisión. Sobre las tablas ha participado en montajes como Medida por medida (1955), La Orestiada (1959), La loca de Chaillot (1962), Delito en la Isla de las Cabras (1962), La barca sin pescador (1963), Los verdes campos del Edén (1963), La casa de Bernarda Alba (1964), Romeo y Jeannette (1966), Doña Rosita la soltera (2004), Medea (2009) o El malentendido (2013).

Ha participado también en algunas producciones y series de la pequeña pantalla, como Tres eran tres (1973), serie de gran éxito en su momento que protagonizaba junto a Emma Cohen y Amparo Soler Leal, o Gatos en el tejado (1987), donde compartía reparto con José Sacristán. Más recientemente ha participado en la producción Herederos (2008 - 2009), junto a Concha Velasco, Algo que celebrar (2015) y Arde Madrid (2018).

En el cine, debutó con la película Secuestro en la ciudad (1965), a la que siguieron El juego de la oca (1966) y Crónica de nueve meses (1967). En la década de los 70 participó en un gran número de largometrajes, como Mi querida señorita (1972) y El amor del capitán Brando (1974), ambas de Jaime de Armiñán, La prima Angélica (1974) de Carlos Saura, o Vámonos Bárbara (1978) de Cecilia Batolomé. En los ochenta Julieta inició una colaboración con Pedro Almodóvar, convirtiéndose en habitual en sus películas. Tanto la década de los ochenta como la de los noventa fueron muy prolíficas para la actriz, trabajando en películas tan prestigiosas como Tata mía (1986), Salsa rosa (1992), El amante bilingüe (1993) o Cuando vuelvas a mi lado (1999). Más recientemente hemos podido verla en Villaviciosa de al lado (2016) y El aviso (2018).

En 2018, Julieta Serrano recibió el Premio Nacional de Teatro concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte por «su incansable búsqueda artística e intelectual, el compromiso y su generosidad en el trabajo, su cercanía y su incalculable talento interpretativo».

Julieta Serrano participa ya en el primer largometraje de Pedro Almodovar. En Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), Julieta Serrano aparece brevemente como una actriz  que acaba de salir corriendo del teatro en el que representa La Dama de las Camelias en busca de su hijo, quien se ha colado en la discoteca-ring en la que se encuentran Pepi (Carmen Maura) y Bom (Alaska).

Julieta Serrano es la señora disfrazada de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980)

En Entre Tinieblas (1983), Julieta serrano interpreta a la madre superiora de la singular Congregación de las Redentoras Humilladas, adicta a la heroína y locamente enamorada de la cantante de boleros Yolanda Bel (Cristina S. Pascual). Por su interpretación, la actriz consiguió el Premio Sant Jordi de Cine a mejor actriz.

Julieta Serrano es la madre superiora en Entre Tinieblas (1983)

En Matador (1986), Julieta Serrano interpreta a Berta, la madre de Ángel (Antonio Banderas), uno de los alumnos más aplicados y desiquilibrados del torero Diego Montes (Nacho Martínez). Berta es una fanática seguidora del Opus Dei que intenta y consigue que su hijo viva obsesionado por un complejo de culpa de dimensiones psicóticas.

Julieta Serrano como Berta, la madre fanática de Matador (1986)

En Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), Julieta Serrano interpretó quizás el papel por el que siempre será recordada, el de la desquiciada Lucía, primera mujer y víctima de Iván (Fernando Guillén)  y madre de Carlos (Antonio Banderas). Por este papel fue nominada al Goya a mejor actriz en 1988.

Julieta Serrano como Lucía en Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios (1988)

En Átame! (1990), Julieta Serrano es Alma, la sufrida mujer del célebre director de cine de serie B Máximo Espejo (Francisco Rabal).

Julieta Serrano es Alma en Átame! (1990)

En Dolor y Gloria (2019), interpreta a Jacinta, la madre del director de cine Salvador Mallo (Antonio Banderas), en su vejez. Es la tercera vez que Julieta Serrano interpreta el personaje de madre de Antonio Banderas en un film de Pedro Almodóvar. En esta ocasión, el personaje está inspirado en la propia madre del director. Su interpretación le valió un premio Goya a mejor actriz de reparto.

Julieta Serrano es Jacinta en Dolor y Gloria (2019)

lunes, 25 de marzo de 2019

El arte de Almodóvar - Maruja Mallo

Maruja Mallo (Lugo, 1902 - Madrid, 1995) es una de las más representativas figuras de la Generación del 27 y uno de los grandes exponentes internacionales del surrealismo figurativo.

Máscaras (1942) de Maruja Mallo

A los veinte años entró a estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde coincidió con Salvador Dalí, que le introdujo en el ambiente de artistas, escritores y cineastas de la Generación del 27 como Concha Méndez, Gregorio Prieto, Federico García Lorca, Margarita Manso, Luis Buñuel, María Zambrano o Rafael Alberti, con el que mantendría una relación. Durante los años veinte trabajó para numerosas publicaciones literarias como La Gaceta Literaria, El Almanaque Literario o la Revista de Occidente y realizó portadas de varios libros. En estos años pintó la serie Cloacas y Campanarios, cercana a los planteamientos de la Escuela de Vallecas de Alberto Sánchez, Benjamín Palencia, Gregorio Prieto, Arturo Souto, Rodríguez Luna y Eduardo Vicente, de la que formó parte.

En los años treinta viajó a París, donde conoció a René Magritte, Max Ernst, Joan Miró y Giorgio de Chirico y participó en tertulias con André Breton y Paul Éluard. Allí comenzó su etapa surrealista. Su pintura cambió radicalmente y alcanzó la maestría, hasta el punto de que el mismo Breton le compró en 1932 su cuadro Espantapájaros, hoy considerado una de las grandes obras del surrealismo. Regresó a Madrid en 1933 pero con el inicio de la Guerra Civil se trasladó a Buenos Aires, iniciando así su exilio en Argentina que, desde 1937, duraría veinticinco años. Allí siguió pintando, dando clases y cultivando amistades, entre ellas la de Pablo Neruda. En 1962 regresó a España y se instaló en Madrid, donde volvió a dibujar para la Revista de Occidente. En 1979 comenzó su última etapa pictórica con Los moradores del vacío. Tenía ya setenta y siete años, pero aún conservaba la frescura y vitalidad que la acompañarían durante toda su vida.


Máscaras (1951), Máscaras en diagonal (1951), Naturaleza Viva (1943) y Racimo de Uvas (1944) de Maruja Mallo

Su carrera artística fue un continuo proceso de experimentación técnica y formal en el que, con voracidad, aprehendía los diversos movimientos artísticos que permearon el convulso y prolífico siglo XX, alcanzando una personal madurez estilística en cada uno de ellos. La suya era una mirada despierta y sedienta, una sensibilidad profunda ante la que el mundo desnudaba su lado más grotesco y absurdo.

En Dolor y Gloria (2019) aparecen varias obras de la artista en la casa del director de cine Salvador Mallo (Antonio Banderas), entre ellas Máscaras (1951) y Racimo de Uvas (1944). Esta última llamó la atención de Pedro Almodóvar en la exposición Maruja Mallo - Creación y Orden, que organizó la galería madrileña Guillermo de Osma en 2017. Cuando el director se decidió a adquirir la pieza, ya la había comprado el propio galerista para su colección personal. Su aparición en el film es en cierto modo una manera de tenerla.

En los años ochenta Maruja Mallo recibió la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes y el Premio de Artes Plásticas de Madrid. Su obra está presente en colecciones como el Museo Reina Sofía de Madrid o el Patio Herreriano de Valladolid, entre otras.

domingo, 24 de marzo de 2019

Noticias - Dolor y Gloria: El Primer Deseo

Pedro Almodóvar reflexiona sobre Dolor y Gloria, su nueva película, en un texto propio publicado por El País. «¿Es Dolor y Gloria una película basada en mi vida? No, y sí, absolutamente», reflexiona el director.

Antonio Banderas y Pedro Almodóvar durante el rodaje de Dolor y Gloria (2019)

Todas mis películas me representan. Es cierto que esta me representa más, pero desde el momento en que empiezo a escribir sobre una base conocida —procedente de la realidad, de algo que he leído en el periódico, que me han contado, de lo que he sido testigo o simplemente un episodio de mi propia vivencia— la historia empieza a encontrar su verdadero camino (cinematográfico, en este caso) para convertirse en ficción. El resto del trabajo lo hago guiado e impulsado por la imaginación. Y la imaginación no se preocupa tanto de la verdad como de la verosimilitud, y de que el resultado sea entretenido y emocionante.

La historia de Dolor y Gloria muestra a un hombre a sus 60 años, varado en el sofá de su casa por una depresión provocada por diversas causas: la edad (formado en los ochenta, está acostumbrado a vivir siempre juvenil y explosivamente), una severa operación de espalda que le provoca múltiples dolores y le impide moverse como antes, la sensación de que su pésima forma física le impedirá volver a rodar una película y el aislamiento al que él mismo se ha condenado (si dejas de contestar al teléfono y de llamar, en dos años se olvidan de ti).

En esta soledad sin horizontes al personaje le sobra tiempo. Y el tiempo libre es como un desierto en el que se desorienta. De modo natural, la soledad y el silencio le traen como un viento fresco retazos de su infancia. Nunca había tenido tiempo para recordar. No es un personaje al que le guste mirar atrás, siempre vivió en el futuro, en las historias que escribía y rodaba, y toda su vida pendía de esa excitación de la escritura y de la gran aventura de los rodajes.

No es que me moleste que la película se vea como una autoficción, y me parece halagador cuando dicen que hay un momento en el que Antonio Banderas, que encarna a Mallo, desaparece y me ven a mí. Me impresiona porque Antonio en ningún momento intentó imitarme, aunque tenga mi pelo, mi casa, mis colores... Salvador Mallo, así se llama, recuerda su infancia y los últimos meses de la vida de su madre, a la que cuidó y que le dejó un recuerdo amargo. En las relaciones materno-filiales siempre hay silencios, es un modo de respetarse mutuamente y evitar problemas.

La autoficción en literatura es un género respetado con verdaderos hitos: De vidas ajenas, de Emmanuel Carrère; El año del pensamiento mágico, de Joan Didion, o el libro del hijo de Juan Giralt sobre su padre (Tiempo de vida, de Marcos Giralt Torrente). Todos son grandes crónicas sobre el dolor y la pérdida. La literatura que viene de la realidad, del yo, es un género que ya tiene muchos años, si pienso en A sangre fría, de Capote, o en Tom Wolfe. En cine tiene una tradición más reducida y me temo que está peor visto o se presta a una apreciación ambigua.

Dolor y Gloria no es autoficción, pero es cierto que la película parte de mí mismo. No habría guion si no hubiera sido operado de la espalda y vivido el largo posoperatorio y la inmovilidad que vino después, así como el cambio radical que experimentan los músculos para compensar la «fijación» de la mitad lumbar. Pero no quiero hablar de ello, no soy una víctima ni quiero que se me vea así. Hay enfermos reales que están infinitamente peor que yo; por respeto a ellos no soy quién para hablar del dolor. Salvador está peor que yo, pero tampoco quiero que se queje, los problemas del personaje van por otro lado.

En cuanto a mis relaciones con los demás, Dolor y Gloria no es una película en clave en la que buscar quién se esconde detrás de los personajes. Por supuesto que he partido de sentimientos propios reales, pero me han servido para escribir la primera línea. El resto es inventado, imaginado, impulsado por la fuerza de la ficción.

Todo en mi cine es representación, siempre he huido del naturalismo, no pretendo que mis películas parezcan reales. Pero sí pretendo que el espectador se reconozca en ellas. No busco que en las escenas con Julieta Serrano piense si yo tuve problemas con mi madre, sino que se vea a sí mismo frente a su propia madre, que admire la ejecución delicada e intensa de la actriz y se emocione con la interpretación de Antonio Banderas cuando la mira y escucha. Que cuando hable de mis amores truncados piense en sí mismo, en su relación con el deseo, correspondido o no, y en la importancia de haber amado, no importa cómo le haya ido, porque lo importante es amar.

Soy muy pudoroso en la vida real, pero mi pudor desaparece cuando escribo y dirijo, en esos momentos estoy desnudo y me siento totalmente libre. Por supuesto, la película habla del cine y de la importancia del cine en mi vida. Podría decir que el cine es mi vida o que mi vida es el cine. La auténtica droga de la película es el cine, no la heroína, la verdadera dependencia de Salvador es la de seguir haciendo películas, el cine le ha vampirizado por completo.

Hay una vaga similitud, de la que no era consciente cuando rodaba, entre Dolor y gloria y Arrebato, de mi amigo Iván Zulueta. Los protagonistas de ambas son directores, bastante aislados y con una precaria relación con la realidad. Ambos consumen heroína, pero de modo muy distinto: José Sirgado es en Arrebato un consumado yonqui de unos 35 años, Salvador Mallo empieza a tomarla a los 60 como analgésico para sus dolores de espalda.

Sirgado descubre que cuando se filma a sí mismo en super8, siempre bajo los efectos de la heroína, la cámara arrebata su imagen durante unos cuantos fotogramas (su imagen desaparece y el fotograma se vuelve rojo oscuro). Esa ausencia de su imagen le intriga, le atrae y le obsesiona. En las posteriores filmaciones, la cámara le fagocita durante más fotogramas, el rojo dura cada vez más, lo mismo que su ausencia. El rojo de la imagen arrebatada es un oscuro misterio, probablemente la advertencia de un final o la transición a otro estado de naturaleza desconocida. Huida, entrega e inmolación. Sirgado decide dejarse arrebatar para no volver a su vida material nunca más. La cámara y la droga le absorben hasta engullirlo para siempre.

En Dolor y Gloria la heroína tiene la función opuesta; cuando Salvador la toma abre la puerta a un lugar luminoso donde su madre canta mientras lava la ropa, llega con su familia a un pueblo pintado de blanco con chimeneas a ras de suelo y un torreón legendario, un lugar mítico.

El gran problema de Mallo es que a causa de sus dolencias cree que no volverá a rodar, trabajo muy físico para el que no se ve en condiciones. Y sin un rodaje a la vista su vida carece de sentido. Pero hay algo más: en su estado depresivo no dispone de ninguna historia que contar. Solo podría hablar de sí mismo, y en sus circunstancias eso le repele (a mí no, por eso soy yo quien cuenta su historia).

Cuando Salvador encuentra en una galería de segunda una acuarela —el retrato que un joven albañil le hizo en la cueva de su infancia— recuerda vívidamente 50 años después la pulsión del primer deseo. Y vuelve a sentir que esa historia debería ser narrada. (Esta es la historia que Salvador cuenta, no yo, la que lleva por nombre El primer deseo). Es un sentimiento apasionado y vertiginoso, el mismo que yo he sentido antes de cada una de mis 21 películas. Y esa necesidad imperiosa de narrar El primer deseo le salva la vida.

sábado, 23 de marzo de 2019

Localizaciones - Cine Doré

En Dolor y Gloria (2019), la Filmoteca Española organiza un ciclo sobre cine rodado en Madrid para el que programa Sabor, película dirigida por Salvador Mallo (Antonio Banderas) en los años ochenta. La proyección tiene lugar en el Cine Doré.

El Cine Doré en Dolor y Gloria (2019)

Situado en el barrio de Lavapiés, el Cine Doré es un edificio modernista que alberga en la actualidad la sala de exhibiciones de la Filmoteca Española.

También aparece en Hable Con Ella (2002), donde Benigno (Javier Cámara), aprovechando una de las escasas noches que tiene libres, acude al Cine Doré a ver Amante Menguante, una película muda española que narrará más tarde a Alicia (Leonor Watling) en una de las escenas clave del film.

El salón Doré fue construido en 1923 por el arquitecto Críspulo Moro Cabeza, bajo la promoción del industrial Arturo Carballo Alemany. En los años inmediatamente posteriores a su inauguración, el Cine Doré fue bastante célebre y el negocio muy próspero. Pero a partir de los años treinta, el Cine Doré se convertiría en una sala de reestreno con dos sesiones diarias y hasta su cierre, en 1963, sería un cine de barriada, conocido popularmente como el Palacio de las Pipas. Finalmente, en 1982 la Corporación Municipal adquirió el Cine Doré para albergar la Filmoteca Española.Una cuidadosa reforma permitió recuperar la bella fachada y la sala principal. Además se construyó otra sala de proyección en el sótano y en el vestíbulo del complejo se abrió una cafetería y una librería especializada en temas cinematográficos.

Fachada modernista e interior de la sala del Cine Doré

Existen distintas versiones sobre el motivo de la elección del nombre Doré. La versión más plausible sostiene que el nombre lo tomó su fundador, el empresario Arturo Carballo, inspirándose en el Gran Salón Cine Doré que existió en la Rambla de Cataluña entre los años 1908 y 1922. Algunos autores consideran que el nombre es un homenaje al artista francés, grabador e ilustrador Gustave Doré.

La relación del Cine Doré con Pedro Almodóvar va más allá de servir de escenario de sus películas. En marzo de 2017 la Filmoteca Española le dedicó una retrospectiva. El director intervino junto con sus actores en los coloquios de La Ley del Deseo (1987), La Mala Educación (2004) y Volver (2006). El Cine Doré fue además el lugar escogido para acoger el preestreno de Dolor y Gloria (2019) en marzo de 2019.




viernes, 22 de marzo de 2019

Noticias - Estreno de Dolor y Gloria

La intensa promoción de Dolor y Gloria (2019), la nueva película de Pedro Almodóvar que hoy se estrena en toda España, culminó anoche con la presentación del film en el Cine Doré, sede de la Filmoteca Española.

Pedro Almodóvar presenta Dolor y Gloria (2019) en el Cine Doré

Con el preestreno concluía la promoción de la película, que arrancó la semana pasada con la presentación a los medios en el Hotel Villamagna de Madrid. El equipo al completo quiso arropar al director en la presentación de la que dicen es la más personal de sus películas. «Es una película que cabe en los metros en los que yo vivo. No sólo es local; está reducida casi a mi salón», contaba Pedro Almodóvar. El director no se cansa de repetir que él está en todas sus películas, pero nunca tanto como en ésta, lo más cercano a un autorretrato que hay en su filmografía. El equipo al completo quiso arropar al director en la presentación de la que dicen es la más personal de sus películas. «Es una película que cabe en los metros en los que yo vivo. No sólo es local; está reducida casi a mi salón», contaba Pedro Almodóvar. El director no se cansa de repetir que él está en todas sus películas, pero nunca tanto como en ésta, lo más cercano a un autorretrato que hay en su filmografía.

El equipo al completo en la presentación de Dolor y Gloria (2019)

El pasado 13 de marzo, la Gran Vía se vistió de gala . Por la alfombra roja del Cine Capitol desfiló el equipo al completo de Dolor y Gloria (2019), además de numerosos amigos y artistas con los que el director manchego ha trabajado, como Marisa Paredes, Rossy de Palma, Loles León, María Barranco, Kiti Mánver, Lola Dueñas, Elana Anaya, Hugo Silva, Carlos Areces o Jan Cornet. «Desde 2008 no tenía un estreno en la Gran vía y, la verdad, tenía ganas», dijo Pedro Almodóvar dentro de la sala.

Una larguísima ovación con todo el público en pie emocionaba al reparto y al cineasta tras acabar la película en su estreno mundial en el Cine Capitol de la Gran Vía el miércoles por la noche. «Ha sido maravilloso. He visto muchos ojos húmedos», explicaba Pedro Almodóvar en la sala Joy Eslava, donde el director festejó con un espectáculo para amigos el estreno de su película.

Pedro Almodóvar, Penélope Cruz y Antonio Banderas en la premiere de Dolor y Gloria (2019)

La Terremoto de Alcorcón ejerció de maestra de ceremonias dando paso a los números musicales con los que se revivieron algunas de las escenas más icónicas de la filmografía de Almodóvar. Leonor Watling fue la primera en actuar interpretando la canción Currucucú, con la que emocionó a todos los asistentes. Junto con Asier Etxeandia, y arropados por un grupo de mariachis, la pareja cantó después Soy infeliz. Hugo Silva apareció sobre el escenario cual Femme Letal, luciendo un minivestido rojo de lentejuelas y haciendo un playback de Un año de amor, como hiciera Miguel Bosé en Tacones Lejanos (1991). La bailarina y coreógrafa Blanca Li interpretó Piensa en mí seguida de Miguel Ángel Silvestre y Álex González que bailaron al son de Lo dudo de Los Panchos. Mariola Fuentes se convirtió en Lola Flores cantando A tu vera y la Terremoto de Alcorcón hizo un divertido playback de Puro teatroRaúl Arévalo volvió a ponerse el uniforme de azafato de Los Amantes Pasajeros (2013) para bailar junto con Leonor y Asier la coreografía de I'm so excited. Con Pavo real y La vida es un carnaval, interpretadas por Asier Etxeandia, parecía que acababa el espectáculo, pero aún faltaba la última canción. Loles León y Antonio Banderas subieron al escenario para entonar Resistiré junto al director, el elenco de Dolor y Gloria (2019) y todo el público, poniendo el broche de oro a una noche irrepetible. 

jueves, 21 de marzo de 2019

Chicas Almodóvar - Penélope Cruz

Penélope Cruz

Penélope Cruz (Alcobendas, Madrid, 1974) se sintió desde niña atraída por el mundo del arte y la interpretación y especialmente desde el momento en el que vio la película Átame! (1990) de Pedro Almodóvar. A partir de ese momento decidió ser actriz para poder llegar a cumplir su sueño de trabajar algún día con Pedro Almodóvar. Recibió nueve años de aprendizaje de ballet clásico en el Conservatorio Nacional de Madrid, cuatro años de mejora de la danza en diversos cursos en la Escuela Cristina Rota en Nueva York y tres años de ballet español con Ángela Garrido. Paralelamente estudió interpretación y se presentó a multitud de pruebas para poder comenzar a trabajar en el cine como actriz. La primera aparición interpretativa de Penélope Cruz fue en el videoclip de la canción La Fuerza del Destino del grupo pop Mecano. Tras ello surgió la oportunidad de presentar en Telecinco La Quinta Marcha (1990 - 1993), programa musical donde coincidió con Jesús Vázquez. 

La primera película de Penélope Cruz fue El Laberinto Griego (1990), dirigida por Rafael Alcázar, y después vino su explosión cinematográfica con Jamón, Jamón (1992) del director Bigas Luna. Con esta película obtuvo su primera nominación a los premios Goya como mejor actriz protagonista. También en ese año rodó Belle Époque (1992), de Fernando Trueba, ganadora del Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 1993 y de nueve premios Goya. Tras estas dos películas, con Penélope Cruz nació una nueva promesa del cine español que durante la primera parte de la década de los noventa no paró de trabajar.

En 1996 protagonizó La Celestina (1996), de Gerardo Vera, y la comedia romántica El Amor Perjudica Seriamente la Salud (1996), de Manuel Gómez Pereira. En 1997 Penélope Cruz vio cumplido su gran sueño al colaborar con un pequeño personaje en la película Carne Trémula (1997), de Pedro Almodóvar, una colaboración que supondría el inicio de una prolífica relación artística entre actriz y director. También en 1997 protagonizó Abre los Ojos (1997), dirigida por Alejandro Amenábar, un grandísimo éxito de taquilla que la lanzó de forma culminante a la fama y al prestigio nacional. Tras estas dos películas, la actriz protagonizó La Niña de Tus Ojos (1998), de Fernando Trueba, con la cual logró su primer premio Goya como mejor actriz protagonista. Tras el arrollador éxito alrededor del mundo de Todo Sobre mi Madre (1999), donde Cruz interpretaba a la Hermana Rosa, la actriz dio el salto a Hollywood con películas como All the Pretty Horses (2000), La Mandolina del Capitán Corelli (2001), Vanilla Sky (2001), Blow (2001) o Gothika (2003).

De vuelta a Europa, en 2004 protagonizó la película italiana No te muevas (2004), por la que ganó el premio David de Donatello a la mejor interpretación femenina. La siguiente colaboración entre Pedro Almodóvar y la actriz fue en Volver (2006), por la que ganó el premio a la mejor interpretación femenina en el Festival de Cannes de 2006 (compartido con el resto de actrices del filme) y el premio Goya a mejor actriz protagonista. Gracias a esta película se convirtió en la primera actriz española candidata a un Óscar como mejor actriz protagonista, compitiendo con Judi Dench, Meryl Streep, Kate Winslet y Helen Mirren, quien resultaría finalmente ganadora. A continuación protagonizó Elegy (2008), de Isabel Coixet. En ese mismo año rodó junto a Javier Bardem, Scarlett Johansson y Rebecca Hall Vicky Cristina Barcelona (2008) del director estadounidense Woody Allen. Su trabajo fue especialmente elogiado y por él obtuvo el Óscar a mejor actriz de reparto, así como un premio Goya, el tercero de su historial, también en la categoría de mejor actriz de reparto. A continuación encarnó uno de los personajes centrales de Los abrazos rotos (2009) y participó en el musical Nine (2009) bajo la dirección de Rob Marshall, por el que fue nominada por tercera vez en cuatro años, al Óscar. En 2011 participó como coprotagonista en la cuarta entrega de la saga Piratas del Caribe (2011) y trabajó nuevamente con Woody Allen en To Rome with Love (2012). Entre sus últimos trabajos destacan Volver a nacer (2013), The Counselor (2013), Ma ma (2014), Zoolander 2 (2016), La Reina de España (2016), Loving Pablo (2017), Asesinato en el Orient Express y Todos lo Saben (2018).

En televisión, Penélope Cruz ha participado en la serie American Crime Story: The Assassination of Gianni Versace (2018) del canal FX interpretando el papel de Donatella Versace.

En 2018 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, concedida por el Gobierno de España. También en 2018, la actriz Penélope Cruz recibió el Premio Cesar de Honor en reconocimiento a toda su carrera, marcando un antes y un después en la historia del cine español al tratarse de la primera vez que la Academia del Cine Francés premiaba el trabajo de una actriz española en ésta categoría.

Su trabajo con Almodóvar comienza en 1997 con Carne Trémula (1997). Los primeros ocho minutos del film constituyen un set piece del que el director ha confesado en reiteradas ocasiones sentirse especialmente orgulloso. Penélope Cruz es Isabel, una prostituta a punto de dar a luz en nochevieja. Doña Centro (Pilar Bardem), la madame del burdel, logra parar un autobús donde finalmente nace Victor (Liberto Rabal).

Penélope Cruz es Isabel en Carne Trémula (1997)

Pedro Almodóvar vuelve a contar con Penélope Cruz en su siguiente película, Todo Sobre Mi Madre (1999). En ella interpreta a la hermana Rosa, una joven monja que vive y trabaja en una casa de acogida para prostitutas y travestis con problemas. Finalmente será ella quien busca asilo en casa de su amiga Manuela (Cecilia Roth) pues está embarazada de un travesti al que ayudó a desintoxicarse.

Penélope Cruz como la Hermana Rosa en Todo Sobre Mi Madre (1999)

En Volver (2006), Penélope Cruz interpreta a Raimunda, una madre joven, emprendedora, con un marido en paro y una hija en plena adolescencia que recibe la visita de su madre muerta (Carmen Maura). Gracias a su espléndida interpretación Penélope Cruz se convirtió en la primera actriz española en ser nominada como mejor actriz protagonista para los premios Oscar.

Penélope Cruz interpreta a Raimunda en Volver (2006)

Tras el éxito de Volver (2006), Pedro Almodóvar vuelve a dirigir a Penélope Cruz en Los Abrazos Rotos (2009). Ella es Lena Rivero, la joven protagonista de Chicas y Maletas, la última película del director Mateo Blanco (Lluís Homar). Durante el rodaje se enamorarán el uno del otro dando comienzo a una historia dominada por la fatalidad, los celos, el complejo de culpa y el abuso de poder.

Penélope Cruz es Lena, la protagonista de Los Abrazos Rotos (2006)

En Los Amantes Pasajeros (2013), Penélope Cruz realiza un breve cameo al inicio del film. Interpreta A Jessica, operaria de pista de la aerolínea Península y responsable, junto a su marido León (Antonio Banderas) del problema técnico que sufrirá el vuelo 2549 con destino a México DF.

Penélope Cruz es Jessica en Los Amantes Pasajeros (2013)

En Dolor y Gloria (2019), Penélope Cruz interpreta a Jacinta, la madre del director de cine Salvador Mallo (Antonio Banderas), en su juventud.

Penélope Cruz es la madre en Dolor y Gloria (2019)

En Madres Paralelas (2021), Penélope Cruz interpreta a Janis, una fotógrafa que acaba de quedarse embarazada del arqueólogo (Israel Elejalde) que le está ayudando en la excavación de la fosa donde esta enterrado su bisabuelo.

Penélope Cruz interpreta a Janis en Madres Paralelas (2021)

viernes, 8 de marzo de 2019

El arte de Almodóvar - Sigfrido Martín Begué

Arquitecto, pintor y diseñador Sigfrido Martín Begué (Madrid, 1951 - 2010) estuvo vinculado artísticamente en sus orígenes a la Movida madrileña y al grupo de artistas conocido como «los esquizos de Madrid», creadores de la denominada Nueva Figuración Madrileña.

Autómata Anticlaro de Luna (1994) de Sigfrido Martín Begué

Desde muy temprano sintió interés por la pintura. En 1985 se licenció en la Escuela Técnica de Arquitectura de Madrid  y tres años más tarde obtuvo una beca de la Academia de Bellas Artes de Roma. Su obra pictórica se desarrolla dentro de la figuración y en ella abundan las referencias a la arquitectura, a la mitología clásica y al mundo de los sueños, donde se pueden ver paisajes poblados por seres fantásticos.En su abundante producción artística combinó la arquitectura y la escenografía teatral, y prueba de esto último, son los decorados que realizó para la obra La Vida es Sueño (1982) para el Teatro Español en colaboración con el pintor madrileño Eduardo Arroyo, la escenografía y el vesturario del ballet Coppelia (1992) para el Teatro de la Ópera de Florencia y de la ópera El Barbero de Sevilla (1993) para el Teatro Verde de esa misma ciudad italiana. A demás, a su actividad como pintor hay que añadir la de diseñador en el montaje de exposiciones, como la celebrada en 1987 con motivo del centenario de Le Corbusier en el Museo Reina Sofía.

La máquina de hacer cine (1992), Las costureras (1996) y  telón para Coppelia (1992) de Martín Begué

En Hable con Ella (2002) puede apreciarse el cuadro de Las costureras (1996) en la consulta del psiquiatra a la que acude Benigno (Javier Cámara). El cuadro es una interpretación de Las hilanderas o la fábula de Aracne (1657) de Velázquez. En La Mala Educación (2004) la obra titulada La máquina de hacer cine (1992) cubre una de las paredes del despacho del director de cine Enrique Goded (Fele Martínez). La obra original es propiedad de Pedro Almodóvar y luce en su despacho en El Deseo. En Dolor y Gloria (2019), la casa del director de cine Salvador Mallo (Antonio Banderas) está inspirada en la propia casa de Pedro Almodóvar. En ella vuelve a aparecer el cuadro de Las costureras (1996) además de El olfato - Santa Casilda (1986) de Martín Begué.

Obras de Sigfrido Martín Begué en La Mala Educación (2004) y en Dolor y Gloria (2019)

Profesor de Bellas Artes en Cuenca, entre sus exposiciones más importantes se encuentra X Salón de los 16 (1990) en el antiguo MEAC de Madrid y El surrealismo en el exilio (1999) y Heterotopias (2000), ambas en el Museo Reina Sofía. Este último centro organizó en 2009 la exposición Los esquizos de Madrid: Figuración madrileña de los 70, donde se pudieron ver obras suyas.